¿Alguna vez ha visitado alguna iglesia que no es su propia iglesia? ?Entra al estacionamiento y de inmediato queda impresionado. Los jardines lucen impecables y el edificio hermoso, aunque no sean excepcionales. Una vez dentro lo saludan y se dirige a su lugar. Quizás el servicio le llega al corazón o quizás no pero sale con la sensación de que hay algo bueno en ese lugar. ¿Qué produce esa impresión?
Esa sensación puede originarse en una buena cantidad de elementos intangibles, desde lo amistoso que se muestran los miembros hasta la forma en que usted se sentía ese día y los pequeños detalles que muestran a una iglesia atenta a estas cosas, aunque sea difícil de notar para los miembros y visitantes habituales. ¿Se ha dado cuenta de lo agradable que es acudir a un edificio bien organizado y cuidado? Hay una razón para sentirse así. Nuestros cerebros reconocen (seamos conscientes o no) las claves que indican si un lugar es seguro o no.
¿Está limpio el lugar? ¿Funciona el alumbrado y está en orden? ¿La señalética es legible y está al día? ¿La alfombra tiene defectos o roturas? Todos estos son indicios de que alguien vela por la seguridad del lugar.
Mi padre solía decirme, cuando me enseñaba a hacer alguna tarea u otra cosa, que no importa lo que nos pidan debemos realizarlo con diligencia y hacer el mejor trabajo posible. Me enseñó que debo considerar cada tarea como si fuera para Dios y que la hago como un ministerio. No hay trabajo para Dios que no merezca nuestro mejor esfuerzo.
Si aplicamos este principio al ministerio de la Oficina de Seguridad, tal vez no veamos un resultado directo como el de un evangelista haciendo un llamado desde el púlpito o de un instructor bíblico al dar estudios bíblicos. Tal vez incluso nos preguntamos a veces si alguien se da cuenta del trabajo que se hace. Después de todo, el mejor resultado de una Oficina de Seguridad efectiva ¡es que nunca haya accidentes!
Si conoce a alguien que trabaja en su iglesia sin que nadie lo note, le ruego se dé tiempo para agradecerle. ¡Tal vez esa persona es usted mismo! De ser el caso ¡muchas gracias! Su trabajo es mucho más que mantener un espacio ordenado. Ayuda a que la gente esté segura y la hace sentir esa seguridad, de modo que pueda recibir el beneficio de los demás ministerios de la iglesia.