Estoy seguro de que todos hemos oído la cita que se le atribuye a Albert Einstein: «La definición de la locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados». Mientras reviso los archivos de reclamaciones de Adventist Risk Management, Inc. (ARM), es evidente que nuestra iglesia a menudo experimenta el mismo tipo de pérdidas, una y otra vez. Lo cierto es que, a menos que hagamos algo por cambiar los resultados, seguiremos teniendo los mismos resultados indeseables y sin sentido.
Gestión de riesgos proactiva
El ejercicio de la gestión de riesgos consiste en detenerse a estudiar los riesgos a los que se enfrenta un ministerio para luego encontrar maneras de gestionarlos y mitigarlos. La gestión de riesgos debe formar parte de nuestro ministerio; no está en conflicto con el ministerio de la iglesia. Este concepto me recuerda la parábola de Mateo 7 sobre el hombre prudente y el hombre insensato que edificaron sus casas:«Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena.» (Mateo 7: 24-26, NVI)
¿Está construyendo un cimiento sólido para sus ministerios?
¿Está planificando para las situaciones inesperadas?
¿Está ofreciendo actividades seguras en un ámbito seguro para nuestros miembros, invitados y jóvenes?
Mientras nos acercamos al 2017, mi desafío para usted es que deje de lado la locura y, más bien, invierta su tiempo y sus recursos en algunas de las áreas principales de pérdida en nuestra iglesia.
"Recuerde: la gestión de riesgos forma parte del ministerio."
Mantenimiento
Planifique con anticipación la conservación de los edificios, equipos y vehículos de la iglesia. Postergar el mantenimiento conduce a muchos accidentes prevenibles. La causa principal de las reclamaciones por resbalones, tropezones y caídas accidentales es la mala conservación de las aceras en el exterior de las iglesias y escuelas. Haga mantenimiento de todos los equipos, invierta en artículos de calidad y compre equipos nuevos cuando sea necesario. Cada iglesia y escuela debe trabajar con su junta directiva local para asegurarse de que los elementos que requieren mantenimiento estén identificados y se incluyan en el presupuesto general.Supervisión
Es fantástico que las iglesias o escuelas adventistas realicen actividades con jóvenes, ya que es importante incluirlos. Sin embargo, cuando éstas no se planifican como es debido y los líderes dejan de incluir voluntarios calificados para la supervisión, las cosas pueden salir mal. ARM recibe muchas reclamaciones, demasiadas, por accidentes graves producto de una supervisión insuficiente o no calificada. Por favor, asegúrese de investigar en forma adecuada a todos los voluntarios, e incluya la verificación de antecedentes. Además, compruebe que todos los voluntarios estén calificados, y que tengan experiencia y capacitación en la actividad específica.A menudo un líder tiene la difícil tarea de decir que «no». Si un evento no incluye una supervisión correcta, es responsabilidad del líder aplicar un criterio apropiado. Es mucho mejor cancelar una actividad mal planificada y con poco personal que tener que notificar a un padre que su hijo está lastimado o algo peor.
Transporte
Son demasiados los accidentes que incluyen vehículos durante las actividades de la iglesia o de la escuela. Por favor, dedique tiempo a realizar el mantenimiento a los vehículos que se utilizan. ¿Los conductores son aptos para conducir los vehículos que tienen asignados? Durante el evento, ¿los conductores han dormido bien y toman los descansos recomendados?Recuérdeles a los conductores que no deben utilizar teléfonos celulares mientras operan los vehículos. Los vehículos no deben estar sobrecargados. Indique a todos los pasajeros que deben ajustarse los cinturones de seguridad. Si presta atención a estos detalles se reducirán los accidentes. Pido a todas las organizaciones de la iglesia, y en especial a la División Norteamericana, que dejen de usar todas las camionetas para 15 pasajeros para el transporte de personas.
Sin Excusas
«A mí nunca me sucedió», no puede usarse como pretexto para continuar operando un ministerio como se ha hecho siempre. El mundo está cambiando; ARM ahora observa demandas en áreas y actividades donde nunca antes se habían experimentado. Como líderes de nuestra iglesia, no dejemos que un accidente prevenible nos enseñe que una actividad es peligrosa. Infórmese sobre las actividades y eventos en los que participará su iglesia. Conviértase en un gestor de riesgos antes que en la víctima de un incidente.Mi pedido a cada líder del ministerio de la iglesia es hacer del 2017 un año más seguro y sensato. Hagamos un esfuerzo por concentrarnos más en el área de gestión de riesgos. Juntos podemos obtener resultados excelentes y ayudar a nuestros ministerios a tener éxito. Recuerde: la gestión de riesgos forma parte del ministerio.