¿Qué sucede cuando usted se da cuenta de que el baño de su casa está tapado? ¿Y si no hay más papel higiénico? ¿Y cuando sale de su auto y el piso está resbaloso y cubierto de hielo? Sea cual fuere el problema, es su casa. Usted toma la iniciativa y resuelve el problema de inmediato.
¿Qué haría si encontrara un problema similar en su iglesia? Usted se da cuenta de que el lavabo está goteando. O de que un tomacorrientes en un salón de la escuela sabática tiene cables al descubierto. Si el camino frente a la iglesia tiene baches, ¿qué hace usted? ¿Reacciona pensando: «Seguramente alguien ya habló de esto con el pastor»? ¿Decide no tomar la iniciativa y abordar el problema como lo haría si ocurriera en su casa? Con mucha frecuencia pasamos por alto estos problemas. Sin embargo, usted tiene la responsabilidad de alertar al diácono en jefe, a un miembro de la junta directiva de la iglesia, al pastor o a una persona de mantenimiento, y ofrecerse para ayudarlos a solucionar el problema.
Pérdidas evitables e inevitables
Según el Insurance Information Institute, en el 2015 las tormentas invernales y las olas de frío ocasionaron 98 fatalidades, y se calculan $3.500 millones de pérdidas aseguradas. Durante los últimos cinco inviernos, Adventist Risk Management, Inc. (ARM) pagó reclamaciones de bienes que podrían haberse evitado. Estas son las causas principales de pérdidas por monto de reclamación.
Es sorprendente cuántas de esas reclamaciones podrían haberse evitado si se hubiera realizado mantenimiento en las instalaciones a través de inspecciones y reparaciones regulares. Entonces, ¿qué puede hacerse? Algunas medidas simples pueden marcar una gran diferencia. Estas son algunas:
- Mantener el edificio a una temperatura adecuada para evitar que se congelen las tuberías.
- Dejar la calefacción encendida y a una temperatura no inferior a 55ºF (12,78º C).
- Ocuparse del mantenimiento de los tomacorrientes para evitar incendios.
- Cuando se encienden velas, mantenerlas lejos de cortinas o cualquier elemento inflamable.
- Ocuparse del mantenimiento de las aceras para prevenir grietas.
- Agregar sal a las aceras resbaladizas para evitar resbalones, tropezones y caídas.
¿cómo podemos prepararnos para el futuro?
El mantenimiento regular debería ser prioritario en su iglesia y otros edificios. Cuando ve una pérdida en el baño, roturas en las alfombras o incluso montones de obstáculos en un pasillo, bien podrían ser accidentes a punto de suceder.Recuerde que cuando usted piensa que es responsabilidad de otra persona, quizá esté dejando pasar una oportunidad para evitar un accidente. Asegúrese de hablar con sus diáconos, ancianos, junta directiva o pastor sobre las formas más efectivas de abordar estos temas, y piense en comenzar estas tareas de mantenimiento estacional.
Una excelente manera de controlar estos riesgos es mediante la creación de un comité de seguridad y la designación de un oficial de seguridad, quien puede estar a cargo del programa de seguridad de la iglesia. El sitio web de ARM tiene una variedad de recursos para crear planes para la gestión del mantenimiento y, en última instancia, para evitar que la iglesia deba pagar mucho dinero por esas reclamaciones evitables.
ARM siempre está presente para ayudarlo a proteger a su ministerio. Tenemos muchos recursos que lo ayudarán a proteger los bienes confiados a su cuidado. Visite nuestra página de Recursos de prevención y entérese de cómo puede ayudar a su iglesia.