Las siguientes son siete recomendaciones para evitar las tuberías congeladas y el daño a la propiedad en su iglesia.
Durante el invierno del 2014, mi esposa y yo decidimos viajar por el fin de semana. Después de vivir cuatro años en California, este era nuestro primer invierno en Maryland, donde las temperaturas tienden a ser inferiores a 32°F en temporada invernal. En esa época yo todavía no era gestor de riesgos, y desconocía los efectos que tendrían las bajas temperaturas en las tuberías de nuestra casa. Así, antes de partir rumbo a nuestras pequeñas vacaciones, apagué la calefacción. No podía sospechar que ese fin de semana habría una gran tormenta de nieve en Maryland. Cuando regresamos, encontramos la casa literalmente bajo el agua. Cuando abrí la puerta, encontré mis sandalias flotando sobre 2-3 pulgadas de agua. Por todo el primer piso, la alfombra empapada quedaba aplastada bajo nuestros pies mientras caminábamos e inspeccionábamos el daño. Este incidente me enseñó una lección que nunca olvidaré: Cuide siempre sus tuberías y NO apague la calefacción en temperaturas frías.Acondicionar su iglesia para el invierno:
La frase «acondicionamiento para el invierno» se refiere al proceso de preparar para el clima frío, cualquiera sea la época que eso ocurre en su área. Una parte del acondicionamiento incluye preparar las instalaciones para evitar la situación en la que me encontré durante el invierno del 2014. Las siguientes son siete recomendaciones para evitar las tuberías congeladas y el daño a la propiedad en su iglesia.- Mantenga encendida la calefacción: La mayoría de los expertos recomienda que la calefacción se deje encendida y a no menos de 55 °F (12,78 °C). Si usted sabe que el edificio tiene poco aislamiento, que filtra aire frío por las ventanas y que tiene áreas que no se calientan tanto como otras, aumente la temperatura.
- Abrigue: Antes de que llegue el frío, abrigue las cañerías. Las tuberías que sobresalen por las paredes hacia el exterior y los grifos exteriores deben aislarse, como también las tuberías que atraviesan áticos, entresuelos, garajes y otras áreas sin calefacción. Utilice únicamente estos equipos si están aprobados por Underwriter’s Laboratories (UL).
- Pruebe y reemplace las baterías: Los sistemas de calefacción a gas pueden producir monóxido de carbono, que podría representar un verdadero peligro para los miembros y visitantes de nuestras iglesias y escuelas y causar dolores de cabeza, mareos, debilidad, vómitos y otros síntomas «similares a los de la gripe», e incluso la muerte. Si su edificio no tiene detectores de monóxido de carbono, instálelos. Las unidades de detección de monóxido de carbono y humo deben revisarse todos los meses y reemplazarse después de 10 años. Las baterías deben reemplazarse dos veces por año, a principios de la primavera y a fines de otoño.
- Prepare los edificios desocupados: Si necesita dejar el edificio desocupado un tiempo prolongado, considere cortar el agua y el drenaje de las tuberías; para ello deberá abrir los grifos en los sitios más altos y más bajos. Abra las puertas de los armarios debajo de los lavabos en cocinas y baños para dejar que el aire caliente circule debajo.
- Realice mantenimiento de caldera: Examine su caldera en forma habitual. Cuando la unidad estuvo apagada durante mucho tiempo, es frecuente sentir un olor fuerte al principio. Sin embargo, si el olor persiste demasiado tiempo, apague la caldera y llame a un contratista de calefacción profesional para que la revise. Reemplace con regularidad el filtro de la caldera y, una vez por año, contrate un profesional para limpiar y realizar el mantenimiento de la unidad.
- Reúna palas y sopladores de nieve de antemano: Si es necesario, tenga un plan de remoción de nieve para su edificio. Antes de que comience la temporada de frío, hágale una revisión al soplador o tractor de nieve, o contrate un servicio de remoción de nieve. Tenga a mano una cantidad adecuada de productos para derretir nieve y hielo, y reúna suficientes palas para despejar las aceras. Capacite a los diáconos u otros empleados sobre sus responsabilidades cuando cae nieve.
Como líderes de la iglesia y de la escuela, tenemos la responsabilidad de cuidar y amar a las personas cuya supervisión se nos encomendó. Llevar a cabo tareas de mantenimiento y conservación en el edificio demuestra que usted no solo se preocupa por quienes usan el edificio, sino también que abraza el llamado de Dios de amar y cuidar a Su rebaño. Todo le pertenece a Él; por ello, sea proactivo y piense con anticipación. Demostremos a la temporada invernal que estamos preparados. Que no nos tome desprevenidos.
Referencias:
https://www.adventistrisk.org/prevention-resources/solutions-newsletter/march-2013/water-damage-loss-prevention
https://www.cdc.gov/co/faqs.htm