En 1990, el ingeniero informático Tim Berners-Lee creó la red informática mundial (World Wide Web), la manera más común en que todo el mundo ingresa a Internet. Durante los últimos treinta años, Internet ha visto una explosión de crecimiento como ninguna otra. Aunque nos ha dado acceso a una amplia abundancia de información, Internet también ha creado varios riesgos nuevos. Uno de esos riesgos es determinar qué es apropiado compartir con el público en línea de su iglesia.
Redes sociales
Uno de los métodos más comunes para comunicarse en Internet son las redes sociales. Facebook es uno de los sitios de redes sociales y tiene más de 2.700 millones de usuarios activos todos los meses en todo el mundo. Si su iglesia está en la ciudad de Nueva York, ¡puede transmitir en vivo un servicio de la iglesia que alguien en Australia puede ver!
Aunque las redes sociales pueden beneficiar significativamente a su ministerio, es necesario que su iglesia adopte una política de redes sociales. Esta acción protege a la iglesia y fomenta el uso de redes sociales alineadas con nuestro sistema de creencias adventistas y con las leyes.
La política de redes sociales de su iglesia debería incluir mejores prácticas para el uso general de las redes sociales. Considere tener directrices más específicas con respecto a lo que es apropiado publicar, tanto que el contenido sea texto, imágenes, video o música. La División Norteamericana de Adventistas del Séptimo Día (NAD) ha creado una serie de directrices de redes sociales para organizaciones adventistas.
Otro problema que las iglesias pueden encontrar es violar leyes de derechos de autor y de marca comercial. Esto es común si en las redes sociales se comparte contenido que pertenece a otros. Antes de hacer una publicación en cualquier red social, siempre deberíamos preguntarnos: «¿Tengo autorización para publicar esto?».
Publicar en línea durante una pandemia
Este artículo se escribe en el 2020, cuando el mundo se enfrenta a la pandemia de COVID-19. Debido a que la COVID-19 se transmite principalmente por contacto entre personas, muchas iglesias han tenido que cerrar sus puertas o limitar drásticamente sus servicios. Muchas iglesias han recurrido a servicios de transmisión de video en línea, como Zoom, Microsoft Teams, Facebook, YouTube y otras aplicaciones para compartir sermones, dar clases en la escuela sabática, hacer reuniones de oración o de estudio bíblico. Si bien esta nueva transición proporciona un beneficio significativo para alcanzar a nuestros miembros, también tiene sus dificultades.
De hecho, el servicio de videoconferencia más usado, Zoom, fue víctima de algo denominado «Zoombombing» o bombardeo de Zoom. Esta forma perjudicial de piratería informática se produjo cuando una persona se sumó a una reunión de Zoom al azar y publicó imágenes explícitas, material pornográfico u otros intentos de interrumpir la reunión.
Zoom sigue reforzando su seguridad para evitar que esto suceda. Imagine que su iglesia, escuela o ministerio de Conquistadores utiliza Zoom para conectarse con sus miembros. En ese caso, debería leer el artículo de ARM «Proteja sus reuniones en Zoom para evitar piratería». Zoom también ha publicado varios recursos sobre este tema, y debería considerar aplicar estas recomendaciones a las prácticas de su iglesia:
https://blog.zoom.us/best-practices-for-securing-your-virtual-classroom/
https://blog.zoom.us/keep-uninvited-guests-out-of-your-zoom-event/
El consentimiento es muy importante
El consentimiento es el elemento más importante cuando hablamos de publicación en línea. Como mencioné antes, la pregunta que siempre debe hacerse es: «¿Tengo autorización para publicar esto?». Es importante, especialmente cuando publica fotos, videos u otro contenido que no es de su propiedad. También podría haber cuestiones de privacidad con la publicación de imágenes o videos de personas cuyo consentimiento usted no ha solicitado.
Si su iglesia no es propietaria de las fotos, videos o música que va a publicar en línea, debe pedir autorización al propietario del contenido antes de su publicación. De lo contrario, el propietario del contenido podría obligarlo legalmente a quitarlo, y según cómo se haya usado el contenido, podría demandar a la iglesia por miles de dólares. De hecho, la mayoría de los estados tienen leyes sobre derecho de publicidad o de privacidad. Estas leyes pueden autorizar a las personas a demandar a su iglesia si esta utiliza su imagen sin su consentimiento por cualquier motivo.
Hay dos cosas que deben recordarse si su iglesia publica fotos o videos de miembros de la iglesia. En primer lugar, siempre debe obtener autorización de la persona antes de publicar la foto. Recuerde que el consentimiento es un proceso constante. Una persona puede revocar su consentimiento en cualquier momento. Lo segundo que debe recordar se refiere a menores de edad. Los menores de edad no pueden dar ningún consentimiento en forma legal. Imagine que va a publicar fotos en línea de miembros de la iglesia menores de edad. En ese caso, sean o no Aventureros o Conquistadores, su iglesia debe obtener el consentimiento del padre, de la madre o del tutor del/de la menor.
Independientemente de quiénes sean las personas cuyas fotografías publique, el consentimiento se obtiene fácilmente pidiendo al protagonista de la foto que complete un formulario de exención de responsabilidad. Puede encontrar un ejemplo de formulario de consentimiento de la División Norteamericana que su iglesia puede usar.
Existen riesgos asociados a la publicación en línea. Sin embargo, es importante recordar que Internet es un recurso valioso, y que puede ayudar a su ministerio a alcanzar a más personas que nunca antes. Existen riesgos, pero si somos cuidadosos, los beneficios pesan mucho más que los riesgos.
Referencias
Créditos de imagen: iStock/bombuscreative