En noviembre de 2021, una antigua tenedora de libros de la iglesia fue condenada a cinco años y medio de prisión federal. Se declaró culpable de dos cargos de fraude bancario en relación con una malversación de más de 450 000 dólares. Como tenedora de libros de la iglesia, tenía acceso al libro mayor de la iglesia y a los estados de cuenta bancarios. Pudo ocultar el fraude durante casi seis años.
Las víctimas de los empleados deshonestos se sorprenden a menudo al oír que sus historias son muy similares a las de otros: un antiguo empleado, con un historial intachable, traiciona la confianza de la organización de manera escandalosa y utiliza el dinero de esta en interés propio.El robo y la malversación perpetrados por empleados no son aberraciones sino más bien una lamentable realidad. Pueden suceder en organizaciones de cualquier tamaño y tipo, desde la organización benéfica más pequeña hasta la mayor empresa multinacional. Si comprende las circunstancias en las que se produce el fraude, podrá ayudar a su organización a estar mejor preparada para detectar y prevenir el fraude en el futuro.
En este artículo veremos las circunstancias específicas que contribuyen al robo por parte de empleados, así como algunos mitos relacionados con el fraude y los delitos financieros. Terminaremos con algunas pautas que pueden ayudarlo a reducir la posibilidad de fraude.
El triángulo del fraude: los tres pilares
La malversación es un delito calculado que prospera en circunstancias específicas. El fraude se asienta en tres pilares:- la oportunidad para aprovecharse de una situación
- un factor motivador, como un incentivo o una presión sobre la persona; y
- una racionalización que la persona utiliza para justificar el fraude y considerarlo aceptable.
Para entender mejor por qué «las personas buenas hacen cosas malas», derribemos en primer lugar algunos mitos comunes sobre las causas del fraude en las empresas y organizaciones.
Mito N.° 1: Un historial intachable excluye el fraude.
Realidad: La mayoría de los empleados que cometen fraude lo hacen por primera vez y no tienen antecedentes penales. Solo el 6 % de los perpetradores tenían una condena anterior por fraude. Dado que la mayoría de los empleados comienzan su plan una vez contratados, las verificaciones e investigaciones de antecedentes iniciales pueden ser menos eficaces de lo que usted cree.Conclusión: Aunque son útiles para todas las contrataciones, las verificaciones de antecedentes y de crédito son más eficaces si se realizan a los empleados que ocupan puestos de autoridad y a los que tienen acceso al dinero o a las cuentas de la empresa. Estas herramientas ayudan al empleador a detectar presiones financieras, como deudas elevadas, pagos atrasados y acciones de cobro. Estos son incentivos potenciales para que el empleado se aproveche de la organización y malverse fondos.
Mito N.° 2: Podemos detectar fraude cuando los auditores y la dirección revisan los libros y las cuentas.
Realidad: Lamentablemente, el fraude laboral rara vez es detectado por los auditores externos tradicionales o por las revisiones de la dirección. De hecho, el fraude se descubre con mayor frecuencia por la información (el 42 % de las veces), generalmente brindada por otros empleados.Conclusión: Los empleadores no pueden depender únicamente de las auditorías formales y de las revisiones de la dirección para detectar malversación. A menudo son los propios empleados responsables del manejo de los fondos y las cuentas los que cometen fraude. Estos empleados pueden abusar de su posición de poder y robar dinero aprovechándose de un control debilitado. Por ejemplo, su organización corre un mayor riesgo de fraude si permite que el mismo empleado supervise la conciliación de los estados de cuenta bancarios y al mismo tiempo gestione los depósitos o realice pagos para la empresa.
Crear un entorno que anime a las personas a comunicar infracciones e información mediante una línea directa puede ayudar a detectar el fraude y cortarlo de raíz. En promedio, las organizaciones que cuentan con líneas directas de denuncia tienen la mitad de pérdidas por fraude que las que carecen de ellas. Además, las líneas directas permiten a las organizaciones detectar el fraude con mayor rapidez.
Mito N.° 3: Si empoderamos a nuestros empleados y confiamos en ellos, siempre ejecutarán sus tareas fielmente.
Realidad: La oportunidad de robar suele presentarse como un defecto o una debilidad en los controles internos. Depositar demasiada confianza en una sola persona puede ser un motivo de preocupación grave. Por ejemplo, permitir que un empleado controle todo un proceso (como la aprobación de proveedores y el pago de sus facturas) crea las condiciones necesarias para que un empleado cometa actos deshonestos.Conclusión: La confianza es fundamental para una relación sana entre el empleador y el empleado, pero demasiada confianza —sin controles y contrapesos eficaces— pone demasiadas oportunidades en manos del empleado.
Claves para la prevención
Es importante permanecer alerta para evitar que estas actividades saboteen su organización. Afortunadamente, hay esperanza para la organización que disminuye el riesgo de la deshonestidad entre sus filas.Al centrarse en los tres pilares: oportunidad, motivación y racionalización, las organizaciones pueden dificultar que el fraude se arraigue en su interior.

Referencias
- https://www.justice.gov/usao-ndtx/pr/church-employee-sentenced-5-years-embezzlement consultado el 30 de enero de 2023
- El autor agradece el trabajo del criminólogo Donald R. Cressey y sus fecundos escritos que documentan el «triángulo del fraude» (Other People's Money: A Study in the Social Psychology of Embezzlement, [Dinero ajeno: estudio de la psicología social de la malversación] serie de reimpresiones de Patterson Smith, 1973).
- https://legacy.acfe.com/report-to-the-nations/2022/