La Biblia usa a menudo el agua como símbolo de purificación de los pecadores, pues limpia sus pecados mediante el bautismo. Aunque solemos atribuir connotaciones positivas a este simbolismo, debemos reconocer los peligros que van asociados a las masas de agua naturales.
Es preferible que los bautismos se celebren en una pila bautismal en el interior, ya que estos no están sujetos a los imprevistos del clima ni a los posibles peligros desconocidos que se esconden en las masas de agua. Sin embargo, como es frecuente que los bautismos se celebren en masas de agua naturales, es importante que nos equipemos con nuestro arsenal de control de riesgos para que estos sean mínimos. Entonces, ¿qué hay que tener en cuenta cuando se planifiquen bautismos en masas de agua naturales?
- Lleve a cabo una evaluación de riesgos antes del bautismo – Revise los alrededores y hágase esta pregunta: ¿el acceso al agua está despejado? ¿Hay rocas o huecos bajo el agua que podrían lastimar a los participantes o hacerlos perder el equilibrio? ¿Qué especies habitan en el agua? ¿Alguna de estas especies podría ser dañina para el ser humano? ¿La base del lecho del cuerpo de agua es firme o podría ceder bajo el peso? ¿Hay señales de peligro en los alrededores del cuerpo de agua? ¿Va a parar a una cascada cercana?
- Informe a las autoridades locales de sus planies, si procede – Dependiendo del lugar en el que esté ubicado la masa de agua, las autoridades locales podrían exigirle que les notificaran su plan. Es posible que tengan requisitos sobre qué tipo de actividades están permitidas en el agua. Puede que necesite disponer de una cobertura de responsabilidad general o civil, o incluso podrían proporcionar una lista relativa a los aspectos de salud y seguridad que se deben tener en cuenta al llevar a cabo la actividad. El auténtico beneficio es que las autoridades locales le comenten qué accidentes han ocurrido en el pasado y cuáles son las formas idóneas para evitar esos problemas.
- Observe las condiciones del agua justo antes del bautismo – Revisar la previsión del tiempo el día del bautismo es una idea estupenda para ver si se van a presentar condiciones climatológicas adversas. ¿Hay posibilidad de que las aguas estén turbulentas? ¿La temperatura del agua es adecuada para celebrar un bautismo? ¿Qué dirección lleva la corriente? ¿Será esta tan fuerte como para poder hundir o arrastrar a los participantes? ¿Sabe a qué horas sube y baja la marea? Si no dispone de la información suficiente o las condiciones climatológicas son adversas, igual merece la pena posponer el evento.
Si no dispone de la información suficiente o las condiciones climatológicas son adversas, igual merece la pena posponer el evento.
- LLeve el equipo salvavidas y protector adecuado. – Debe disponer de chalecos salvavidas y otros equipos de flotación. Tenga preparado suficiente equipo protector para todos los que vayan a participar en los servicios bautismales. ¿Es adecuado llevar calzado protector ligero en este lecho de agua o sería mejor ir descalzos? ¿Sería práctico que los participantes se metieran en el agua en traje de baño o, si hace frío, deberían ir vestidos? Tenga en cuenta que las prendas absorben el agua y pueden resultar peligrosas para alguien que no sepa nadar, por el hecho de que no pueda mantenerse a flote. Si el agua está fría, ¿los candidatos al bautismo disponen de un cambio de ropa abrigado, para que no tengan que permanecer sentados cubiertos por una toalla mojada y con la posibilidad de enfermarse?
- Contrate al personal adecuado - Como en cualquier evento, deberá contratar a los recursos humanos adecuados y apropiados. Cuando organice un bautismo, debe tener en cuenta la proporción entre el número de supervisores y asistentes. ¿Dispone de los suficientes socorristas capacitados (si es que los hay) o un número adecuado de supervisores capacitados en primeros auxilios en caso de emergencia?
Estos son solamente unos pocos puntos que hay que tener en cuenta cuando planifique los bautismos en aguas abiertas. El control de riesgos es una de las mejores defensas de la iglesia dentro de nuestro arsenal contra la amenaza de pérdidas. El modo en el administramos los bienes de nuestro Señor, sean edificios u oficinas de la iglesia o los miembros de nuestra iglesia, es esencial para la continuidad de nuestro ministerio.