Ante una pérdida, a veces es difícil saber cuál es el siguiente paso y cómo abordar la situación. Las acciones de un asegurado tras un accidente o pérdida pueden marcar la diferencia en el resultado de un reclamo y en lo que se necesita para resolverlo. Con esa finalidad, los asegurados tienen ciertos deberes y obligaciones conforme a la póliza. El objetivo de estos deberes es garantizar la cooperación y eficiencia para minimizar el impacto de la pérdida.
Recorramos un escenario que nos ayude a visualizar algunas situaciones:Escenario de la pérdida
Ráfagas de viento seguidas de fuertes lluvias causan daños importantes en el techo de una iglesia. Una gran cantidad de agua se filtra en algunos sectores del edificio, dañando paredes, techo y suelos. El agua también provoca daños en objetos de la iglesia. La predicción meteorológica indica varios días más de lluvia constante. Se notifica al pastor sobre el incidente.Enfoque N.° 1
Debido a que la iglesia ya tenía un contratista, el pastor se pone en contacto con este de inmediato para informarle sobre la situación. Para controlar y prevenir más daños en el edificio, se decide que el mejor plan de acción es colocar una lona temporal en el techo afectado. De este modo se evita que ingrese más lluvia en el edificio y se garantiza que los daños no sean mayores. Para evitar que prolifere el moho, también llaman a una empresa de reparación de daños por agua para que comience a secar las paredes y el suelo.Gracias a la eficaz respuesta del pastor a la crisis imprevista, no se produjeron daños adicionales y la iglesia pudo recuperarse de esta pérdida mucho más rápidamente.
Enfoque N.° 2
Tras recibir la información, el pastor no sabe a quién llamar y decide esperar a que pase la tormenta antes de llamar a alguien para que realice una evaluación o inspección. Debido a la falta de acción, sumada a una lluvia constante, la iglesia sufre más daños en el techo y otros deterioros por agua en algunos sectores del edificio. Al dejar que el agua se estanque durante más días, la iglesia se encuentra finalmente con problemas de moho, que normalmente está excluido de la mayoría de las pólizas. Esta situación crea una mayor cantidad de daños para la compañía de seguros y aumenta la probabilidad de que la iglesia deba pagar más que su deducible para ocuparse del moho.Lee Vining, ajustador independiente de Frontier Adjusters, subraya: «Las primeras 24 a 72 horas después de cualquier pérdida suelen ser el momento más crítico en la vida de cualquier reclamo. La comunicación es clave; dar a su compañía de seguros un número de teléfono móvil válido y responder llamadas de números no reconocidos es la clave para conseguir que el reclamo se gestione y evitar la etiqueta del buzón de voz». Vining agrega que responder los correos electrónicos y otros mensajes es vital, y siempre es útil mantener un archivo con toda esta información.
Vining señala que para abordar la mayoría de los reclamos es necesario algún tipo de reparación o esfuerzo profesional. Seleccionar y poner a trabajar a los proveedores de reparaciones lo antes posible para hacer frente a los reclamos por agua, pérdidas por humo o incluso reclamos de responsabilidad civil puede marcar la diferencia entre un reclamo pequeño, que se gestiona con rapidez, y una pérdida enorme, que requiere una intervención importante, por la cual un edificio debe permanecer inaccesible durante semanas o meses.
Vining subraya que los reclamos y las pérdidas no son una cuestión de si ocurrirán, sino de cuándo ocurrirán. Si aborda y gestiona los riesgos y está preparado, usted puede marcar una enorme diferencia en la magnitud de un reclamo, tanto en tiempo como en el costo de interrupción para su ministerio.
Deberes después de una pérdida
Como se ilustra en el escenario anterior, después de que se produce una pérdida el asegurado tiene la obligación de emplear un cuidado razonable para proteger los bienes dañados e impedir que se deterioren aún más. La negligencia del asegurado en su deber de proteger los bienes de nuevos daños también puede afectar su derecho a la cobertura. Este deber se aplica independientemente de que la amenaza de nuevos daños proceda de un escenario asegurado o no asegurado.Además de proteger los bienes para evitar más daños, el asegurado debe:
- dar aviso rápidamente al tenedor de la póliza (unión/conferencia) y/o a la compañía de seguros
- notificar a la policía en caso de pérdida derivada de un delito
- documentar y fotografiar los bienes dañados antes de realizar cualquier trabajo de mitigación
- preparar un inventario de los bienes personales dañados, en el que se indique la cantidad, descripción, suma de la pérdida y valor del costo de reposición, incluidos todos los documentos relacionados que justifiquen las cifras del inventario
- guardar el contenido en riesgo en un lugar seguro; taparlo con láminas de plástico o tomar otras medidas razonables
- cooperar con su compañía de seguros en la investigación de un reclamo.
Tomar medidas de inmediato
Cuando un asegurado se enfrenta a la posibilidad de que se produzcan más daños a la propiedad, debe actuar de inmediato. El asegurado no debe esperar a que llegue el representante de la compañía de seguros para tomar las medidas necesarias. En este sentido, podría ser beneficioso tanto para la conferencia o unión como para la entidad local desarrollar un plan detallado para hacer frente a posibles escenarios de pérdidas. De ese modo, el asegurado puede empezar a tomar medidas sin esperar a que llegue un ajustador a la escena.Para recibir una compensación equitativa por su reclamo de daños a la propiedad, es imprescindible que usted mitigue los daños posteriores. No cumplir con este deber puede ocasionar una reducción o denegación de la cobertura. Algunos ejemplos de mitigación de daños son:
- cerrar el paso del agua que sale de las tuberías reventadas
- tapar los agujeros de las ventanas y los techos después de una tormenta para evitar que entre el agua
- reparar los daños ocasionados por el agua con un profesional para evitar el moho, si es necesario
- secar los artefactos metálicos para evitar que se oxiden
- retirar los árboles y ramas caídos de los techos o vallas.
Hacer frente a las pérdidas es un aspecto inevitable de la posesión de bienes. Sin embargo, si es consciente de los pasos necesarios que debe dar cuando ocurren estas pérdidas, estará capacitado para actuar y proteger con éxito los bienes de la iglesia. Esto solo es posible si se informa sobre los deberes del asegurado para lograr el mejor resultado posible teniendo en cuenta las circunstancias acaecidas.
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