Como líderes, capacitamos a los miembros del personal y a los voluntarios antes de que se les permita trabajar con niños. Realizamos verificación de antecedentes con regularidad, para asegurarnos de que las personas que cuidan a nuestros niños sean dignas de confianza. Estamos atentos y abordamos toda forma de abuso apenas lo detectamos. Estas acciones son vitales para preservar la seguridad de nuestros jóvenes y protegerlos de las personas que desean hacerles daño.
Como líderes, capacitamos a los miembros del personal y a los voluntarios antes de que se les permita trabajar con niños. Realizamos verificación de antecedentes con regularidad, para asegurarnos de que las personas que cuidan a nuestros niños sean dignas de confianza. Estamos atentos y abordamos toda forma de abuso apenas lo detectamos. Estas acciones son vitales para preservar la seguridad de nuestros jóvenes y protegerlos de las personas que desean hacerles daño.Debemos recordar que el abuso puede producirse no solo entre un niño y un adulto, sino también entre niños. Ocurre no solo con niños, sino también con adolescentes. A medida que la libertad y la responsabilidad de los adolescentes va en aumento, estos se enfrentan a riesgos adicionales de intimidación y abuso en el contexto de las citas.
Abuso entre adolescentes
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la violencia en las citas adolescentes es el abuso físico, sexual, psicológico o emocional en una cita, e incluye el acecho. Lamentablemente, los casos de violencia o abuso en las citas adolescentes no suelen denunciarse.«Las víctimas adolescentes toleran la violencia porque se sienten impotentes», explicó la Dra. Ludy Green, experta en temas de violencia doméstica y tráfico humano en EE. UU. «No pueden escapar de la relación en la que se encuentran. Han quedado atrapadas por este muro invisible que se construyó en su mente, ladrillo por ladrillo, pieza por pieza, y sienten que no pueden huir. Por supuesto que desean irse, pero no pueden».
Perpetrar abuso puede ser consecuencia de una experiencia anterior durante la infancia. Un adolescente podría intimidar a otros o abusar de ellos si el abuso verbal o físico es común en su hogar. Es posible que los adolescentes crean que este tipo de comportamiento abusivo es aceptable cuando se hacen mayores, y este, a su vez, podría conducir al uso de violencia como manera de resolver problemas o mostrar liderazgo y fuerza en las relaciones con sus pares. Además, las experiencias vividas en una niñez abusiva también pueden ocasionar que los adolescentes elijan amigos que los maltratan.
DoSomething.org informa que alrededor de 1,5 millones de jóvenes de escuela secundaria en Estados Unidos admiten que fueron golpeados intencionalmente o dañados físicamente durante al año pasado por alguien con quien mantienen una relación romántica. Además, uno de tres jóvenes mantiene una relación abusiva o malsana. Lamentablemente, solo un tercio de los adolescentes que mantuvo una relación abusiva se confió a alguien acerca de la violencia. DoSomething.org explica que los adolescentes que sufrieron abuso vacilan en buscar ayuda porque no quieren exponerse o no conocen las leyes referidas a la violencia doméstica.
Efectos a largo plazo del abuso en edad adolescente
El abuso a cualquier edad posee efectos duraderos, y puede alterar drásticamente el desarrollo emocional y mental de una persona, según la Dra. Kiti Freier Randall, psicóloga pediátrica de neurodesarrollo y directora de servicios psicológicos en el Departamento de Pediatría de Loma Linda University Health. «El impacto que sufre la víctima cuando se perpetra violencia contra ella puede ser dañino desde el punto de vista psicológico», manifestó la Dra. Randall. «El impacto emocional y psicológico es el más perdurable». Las víctimas se sienten avergonzadas, inútiles e impotentes. Deben luchar contra estas emociones, y a menudo esa lucha continúa cuando son adultos».Posteriormente, esas dificultades pueden resurgir bajo la forma de depresión, ansiedad o una sensación de impotencia. Por otro lado, la víctima puede sentir la necesidad de ser agresiva o de luchar para su autopreservación.
Como líderes del ministerio, debemos asegurarnos de que no solo prevenimos el abuso entre los niños sino también entre los adultos jóvenes.
Como líderes del ministerio, debemos asegurarnos de que no solo prevenimos el abuso entre los niños sino también entre los adultos jóvenes.
Cómo identificar y abordar la violencia en las citas adolescentes
Es esencial que su ministerio cuente con algunas directrices, para que no haya duda sobre qué se debe hacer si se produce una situación de violencia o abuso adolescente. «Debe haber una política claramente establecida, con parámetros de redes sociales y consecuencias con respecto a la inscripción en la escuela», expresó la Dra. Randall. «Se debe mostrar que es un comportamiento que no se tolera, no es así como las personas se tratan. Así, muchos jóvenes manifiestan posteriormente que nunca se dieron cuenta de que recibir golpes o empujones no es simplemente parte de una cita. Es necesario estar atentos, educar a los jóvenes e informarles qué es una relación sana».A veces podría parecer que esa no es responsabilidad de la organización de la iglesia o de la escuela. Sin embargo, si se deja que este comportamiento se filtre en las actividades de una organización o se está al tanto de la situación y no se hace nada al respecto, el mensaje que se transmite es que este tipo de comportamiento está permitido y es aceptable.
Si usted detecta un comportamiento violento o abuso, usted, como líder, tiene la responsabilidad de intervenir de inmediato. «No ignore el comportamiento, no va a desaparecer», aconseja la Dra. Randall. «Si no se interviene, empeora, no mejora. A veces es una lucha. Pero es necesario enfrentarla».
Si una/un adolescente declara que está siendo víctima de abuso por parte de un/a novio/a o amigo/a, el primer paso es la seguridad. «Encuentre la manera de preservar su seguridad. La seguridad es lo primero», dice la Dra. Randall. «Asegúrese de que exista un plan para ponerlo a salvo ese día».
El paso siguiente consiste en implementar consecuencias para el perpetrador y aplicar de inmediato la política de su organización referida a abuso adolescente, que incluye denunciar el incidente de abuso a las autoridades. A continuación, asegúrese de que exista un plan de seguridad constante para la víctima, e imponga medidas puntuales tanto para la víctima como para el perpetrador. «Se busca eliminar la capacidad de daño, y al mismo tiempo se desea que sanen», expresó la Dra. Randall. «Es necesario algún tipo de intervención, como por ejemplo los grupos juveniles de habilidades sociales y los programas de manejo de la ira».
Prevenir la violencia en las citas adolescentes
Como líder de jóvenes, es importante que tome medidas proactivas para prevenir totalmente el comportamiento violento o abusivo. Puede lograrlo ofreciendo actividades positivas para los adolescentes, educándolos en lo que se refiere a relaciones sanas y creando un vínculo de confianza entre adultos y adolescentes. De esta manera, si un adolescente experimenta abuso, sentirá la confianza suficiente como para informar el incidente a un adulto.«Si un adolescente sufre abuso y usted identifica la situación, lo primero que debe hacer es no juzgar», aconsejó la Dra. Green. «Siéntese a conversar con el adolescente y escuche lo que sucede y cómo se siente. Es necesario que se exprese... Luego usted puede actuar».
Hable con el liderazgo de su escuela o iglesia sobre crear una política y directrices que lo guíen en caso de que se produzca violencia y abuso entre adolescentes bajo su cuidado. Si desea más información sobre Protección y seguridad infantil, visite las páginas de ARM sobre Seguridad en la iglesia o escuela.