Imagine las siguientes situaciones:
Son las 7:00 p. m. de una noche de Sabbath a fines de otoño. Regresa a la iglesia para asistir a un evento especial. Se dirige al baño y descubre que un hermano miembro de la iglesia cayó por un tramo de las escaleras cerca de la entrada al baño. ¿Qué hace?Es miércoles por la noche, en verano, justo antes de la reunión de oración. Escucha el ruido inconfundible de la colisión de metal contra metal. Gira la cabeza y ve que un miembro de la iglesia estrelló su vehículo contra el de otro miembro de la iglesia. También han golpeado a otro miembro de la iglesia que pasaba caminando y que ahora está lesionado. ¿Qué hace?
Es domingo por la mañana, y usted está en la cocina de la iglesia preparándose para el banco de alimentos del ministerio de extensión de su iglesia. Detrás de usted, escucha un ruido de ollas que golpean entre sí. Se da vuelta y ve que otro voluntario se ha tropezado con la puerta del horno que acaba de abrir y parece que se ha lesionado. ¿Qué hace?
Si bien he modificado un poco la información, las tres situaciones anteriores se basan en reclamos reales que Adventist Risk Management, Inc. (ARM) ha recibido el año pasado. Si se enfrentara a una de estas situaciones, ¿qué haría?
¡La seguridad ante todo!
Como líderes espirituales, cuando se trata de proteger nuestros ministerios, necesitamos garantizar la seguridad y la protección de nuestros miembros. No importa si usted es el oficial de seguridad, el encargado designado para dar respuestas ante emergencias, o simplemente, un miembro de la iglesia, lo primero y lo más importante que debe hacer es garantizar la seguridad y la salud de la persona involucrada en el accidente.Si la persona está lesionada, llame al 911 en los Estados Unidos, o al número de respuesta ante emergencias local correspondiente a su ubicación, para que los servicios de emergencia locales lleguen al lugar del hecho. Recuerde que, si llama al número de respuesta ante emergencias y las lesiones resultan no ser graves, no hay problema: los servicios de emergencia continuarán con su siguiente llamada. Sin embargo, si no llama a los servicios de emergencias y las lesiones son graves, eso podría marcar la diferencia entre perder una extremidad, o incluso en circunstancias difíciles, perder la vida. Conviene pecar por exceso de precaución y pedir ayuda profesional.
¿Cómo tratar a la persona lesionada?
Es probable que los líderes de la iglesia hayan designado a alguien como encargado de dar respuestas ante emergencias en la iglesia. Si no es así, la administración de su iglesia debería designar a alguien. Revise nuestros artículos sobre “Primeros pasos con la planificación de emergencia” y “De cara al futuro para proteger a su ministerio”. Esta es la persona que debería intentar asistir a la persona lesionada.Algunas veces, el encargado de dar respuestas ante emergencias de la iglesia es un médico profesional. A menudo, los accidentes pueden generar lesiones que no se resuelven con el kit de primeros auxilios de la iglesia. En algunos casos, este kit puede ser útil para tratar cortes leves, rasguños o chichones. Sin embargo, si existe algún indicio de que la persona lesionada necesita un tratamiento médico más exhaustivo que el que puede brindar una persona común con un kit de primeros auxilios, llame al 911 en los Estados Unidos o al número de respuesta ante emergencias de su localidad lo antes posible.
Informar el accidente
Informar o documentar el incidente es de suma importancia. Cuanto más tiempo espere para registrar e informar el accidente, más difícil será recordar los detalles específicos del accidente. Estos detalles pueden ser cruciales si la persona lesionada posteriormente presenta una demanda de responsabilidad civil contra su iglesia. Informar un accidente protege a la iglesia y permite corregir la situación que causó el accidente. Tomar medidas rápidamente puede evitar que vuelvan a ocurrir situaciones similares en el futuro. Aquí encontrará un formulario para informar accidentes que puede completar y usar en su iglesia.Una vez que haya completado el formulario de informe de accidentes, el último paso que debe tomar es informar el incidente a ARM. Para hacerlo, complete el informe de accidentes y la declaración de pérdida, y envíe estos documentos por correo electrónico a claims@adventistrisk.org o por fax al (301) 453-7060.
La palabra accidente se define actualmente como un acontecimiento lamentable que ocurre de manera inesperada e involuntaria y que, por lo general, provoca daños o lesiones. La palabra proviene del latín accidō, que se traduce como “ocurrir”. Los accidentes ocurren. No hay duda de eso. La opinión que los demás tendrán de nosotros no dependerá de que un accidente ocurra o no, sino de cómo reaccionemos y manejemos los accidentes cuando ocurran. ARM está al servicio de su congregación para garantizar que respondamos y manejemos los accidentes de manera amable y efectiva.
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