En mi experiencia, muchas conversaciones sobre seguridad en las iglesias se ven entorpecidas por un enfoque estrecho o por prejuicio. Para adoptar un enfoque práctico y aumentar la seguridad de nuestras congregaciones, es preciso tener una visión más amplia. Ese es uno de los objetivos de este artículo.
La seguridad es un tema que va mucho más allá de las armas o las cámaras de seguridad. Si bien proteger las grandes reuniones es fundamental, también deberíamos saber que muchos incidentes de seguridad ocurren cuando alguien está solo en la iglesia. La seguridad no es algo que podamos ignorar, o simplemente decir «estamos en las manos de Dios», sin asumir la responsabilidad de nuestras circunstancias.¿Qué le impide a su iglesia desarrollar una actitud de protección y seguridad? No hacer nada a menudo se debe a negación o a una sensación de miedo. ¿No estamos dispuestos a contemplar nuestros riesgos porque creemos que eso no condice con nuestra teología? ¿Somos reacios a asumir la responsabilidad porque no nos sentimos preparados para hacerlo? Es importante enfrentar esas preguntas y tomar medidas razonables para mejorar la seguridad de nuestra iglesia.
Una de las cosas que debería hacer antes de iniciar este proceso es dialogar un poco. Supere las objeciones sobre la seguridad y obtenga consenso, especialmente del equipo de liderazgo de su iglesia. Además, tenga en cuenta que nuestra denominación está organizada de manera tal que la conferencia es la entidad legal inferior en la estructura de nuestra iglesia. Operamos como una conferencia de iglesias. Eso significa que las acciones y elecciones que hacemos como iglesia local deberían hacerse en el contexto de ese organismo superior y con la cooperación de las directrices y políticas de la conferencia.
#1 Reúna un equipo
Con la cooperación y el apoyo del pastor y de los ancianos, busque personas que aporten conocimientos y experiencia a su proceso de planificación de la seguridad. Comience internamente con sus miembros, para ver si hay profesionales médicos, primeros intervinientes, paramédicos, bomberos, fuerzas del orden o personas con antecedentes militares. Estas personas poseen una experiencia valiosa, y pueden tener dotes únicas para aportar a este aspecto del ministerio.Sea cauteloso con las personas que se muestran demasiado entusiasmadas con esta función, ya que podrían restar valor a la misión general del ministerio de su iglesia y causar miedo y conflicto con los miembros e invitados. En el equipo necesita miembros pacientes, con actitud madura. Estos siervos-líderes pueden asumir responsabilidad de sus acciones para alcanzar la paz.
Adventist Risk Management, Inc. (ARM) promueve los cargos de oficial de seguridad y de un comité de seguridad en nuestras iglesias. Estas personas están encargadas de la seguridad en un sentido amplio: prevenir lesiones, planificar emergencias y cuidar a las personas y los bienes de la iglesia desde una perspectiva de gestión de riesgos. En muchas iglesias, también son responsables de coordinar la seguridad. Sin embargo, en las iglesias más grandes, podría pedirse a un grupo especializado que se encargue de la seguridad.
A continuación, busque fuera de su organización las relaciones y la experiencia esenciales de los recursos comunitarios, por ejemplo:
- Child Welfare or Protective Services agencies: They will often have good information on preventing abuse, checklists to assess children's areas and other guidance for those working with children.
- Law Enforcement: crime prevention officers often work with the community.
- The Fire Marshal: assist with fire safety and evacuation planning.
- Occupational Safety agencies: have resources to help you assess the safety of church working conditions.
#2 Evaluación
En el paso 1, usted determinó una lista de personal y asociados. Utilice esta información para evaluar sus riesgos. Es un proceso de dos partes, que incluye evaluar los riesgos y entender esos riesgos más cabalmente.Debemos entender que algunos de los desafíos más comunes para la seguridad que enfrentan las iglesias provienen de:
- Situaciones domésticas
- Problemas de custodia infantil
- Problemas de salud mental
- Delitos a nivel local
Algunas iglesias podrían tener necesidad de asociarse con las fuerzas de seguridad a nivel local para que estén presentes en el lugar una mañana de sábado. Otras podrían incluso tener que contratar servicios de seguridad. Sin embargo, para muchas iglesias el enfoque será comprender sus riesgos y desarrollar algunos protocolos que ofrezcan una gestión razonable de su riesgo.
Aprender más sobre por qué algunas personas se vuelven perjudiciales sería una buena inversión de tiempo. Para muchos, se debe a crisis personales. Si una persona percibe que una situación ha superado su capacidad para hacerle frente, la angustia emocional se vuelve intolerable. Conozca y haga conocer a su equipo cuáles son las causas de las crisis personales.
- Problemas familiares: fracaso matrimonial, comportamientos de los niños, discusiones con miembros de la familia
- Problemas financieros: ejecución de hipoteca, desempleo, dificultad para hacerse cargo de las necesidades básicas o de pagar las facturas
- Abuso de sustancias: el alcoholismo y otras formas de adicción ejercen una presión enorme sobre las personas
- Afecciones médicas: dolor crónico, diagnósticos aterradores, enfermedad terminal, enfermedad mental
#3 Desarrollar un plan
Ahora es momento de desarrollar un plan, usar la información obtenida a través de su evaluación y del conocimiento obtenido a través del proceso de educación. El plan debe abordar los incidentes comunes tanto como las vulnerabilidades que la iglesia tenga. Deberá evaluar los incidentes de baja gravedad que ocurren con frecuencia y los que son posibles pero que quizá no hayan ocurrido en su iglesia y que en general revisten una alta gravedad.Desarrolle protocolos que su iglesia pueda implementar en diferentes escenarios potenciales. Estos podrían incluir qué hacer si encuentra un paquete sospechoso, o si la iglesia sufre un incidente violento, una emergencia médica, un accidente de vehículo, un tornado o si se pierde un niño. Designe a personas de su equipo que asuman funciones específicas en estos escenarios; por ejemplo, control operativo, comunicarse con los primeros intervinientes, y asistentes para evacuación o confinamiento. Probablemente no sea la función del pastor, y este debe aceptar ceder el control en una emergencia a las personas designadas y luego a los primeros intervinientes.
Considere asociarse al grupo de Hospitalidad o Bienvenida, ya que son las primeras personas que garantizan que los miembros e invitados tengan una experiencia cálida y amigable. Estas personas podrían ser «ojos y oídos» adicionales para detectar a personas perturbadas o perjudiciales que podrían causar un incidente.
Enseñe a su congregación las salidas disponibles en caso de evacuación. Realice de vez en cuando ejercicios prácticos, por ejemplo, simulacros de incendio o capacitación para tirador activo, de manera de garantizar que los protocolos funcionen bien y la congregación pueda ejecutarlos con eficacia. Puede obtener estos recursos gratuitos sobre cómo realizar estos tipos de simulacros en Adventisrisk.org o SafetySabbath.com.
Recuerde que la función de su equipo de seguridad interno no es sustituir a las fuerzas de seguridad o a otros primeros intervinientes. Debe colaborar y cooperar con los primeros intervinientes antes de que lleguen, y luego delegar el control operativo cuando estén en el sitio.
# 4 Seguridad física
El control de acceso puede cumplir dos funciones. En primer lugar, le permite evitar que alguien ingrese en su edificio o demorar su entrada. También puede ponerlo sobre aviso cuando alguien intente ingresar sin autorización. Utilice el control de acceso para enviar un mensaje psicológico de que será difícil ingresar. Puede lograrse con vallas, paredes, balizas, iluminación de seguridad, cámaras, señalización, guardias y candados.A menudo son tantas las personas que utilizan los edificios de los campus de la iglesia que a veces es difícil controlar quién ingresa a un edificio y quién tiene llaves para ingresar. Es importante documentar quién tiene (o debería tener) llaves, y cambiar las combinaciones de las llaves después de algunos años para asegurarse de que solo tengan llaves las personas que deben tenerlas.
Debido a que muchas personas tienen acceso al edificio, la posibilidad de que alguien se olvide de cerrar la puerta con llave es alta. Refuerce esa expectativa frecuentemente con las personas que tienen llaves de la iglesia, y establezca protocolos para cerrar el edificio en forma adecuada después de los servicios, las reuniones u otros usos. De ser posible, asegúrese de que todas las puertas tengan entrada con clave o tarjeta magnética, de manera que se traben automáticamente al cerrarse.
No todas las puertas deberían estar sin llave para ingresar desde el exterior cada vez que se utiliza el edificio. En el caso de edificios con varias entradas, trate de limitar qué puertas se abren a las personas que necesitan acceso. De esta manera se canaliza a las personas hacia una entrada que pueda monitorearse más atentamente. Las puertas de salida nunca deben estar cerradas con llave ni restringidas para no permitir la salida de personas en una emergencia.
Dos de las medidas más fundamentales que puede tomar para mejorar rápidamente la seguridad de su iglesia es ocuparse de la iluminación alrededor de la iglesia y cambiar las cerraduras. Mantener el edificio limpio y bien mantenido también envía un mensaje psicológico de que el lugar está cuidado y que no es uno de esos «blancos fáciles».
Recuerde que ocuparse de la seguridad en su iglesia tiene como objetivo ampliar y proteger los objetivos o la misión del ministerio. Nuestras iglesias se esfuerzan por ser lugares acogedores y agradables. Esas deberían seguir siendo las prioridades principales para el equipo cuando usted esboce el proceso de planificación y desarrolle las respuestas de su protocolo.
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