En el 2005 tuve mi primera experiencia con un huracán: el Huracán Wilma. Jamás había presenciado semejante aguacero ni vientos tan fuertes cuyo volumen superaba al de la lluvia. Las calles estaban repletas de todo tipo de restos, árboles y ramas caídos, artefactos del hogar por todas partes, que el viento había volado. Una vez que pasó el huracán, mi familia y yo esperamos, junto a otros seis millones de personas, a que se restableciera el suministro eléctrico. Llegamos a esperar más de 12 horas para llenar el tanque del auto, en una fila que se extendía y daba vuelta hasta el otro lado de la plaza de un centro comercial.
Cuando se trata de lluvias y tormentas, es posible que a menudo no tengamos muy en cuenta la gravedad de la situación. Es fácil creer que cuatro paredes o un vehículo en movimiento constituyen protección suficiente para la tormenta. Pero la verdad es que, si no pensamos seriamente en las tormentas fuertes, podrían no tardar en convertirse en situaciones mortales. Las siguientes son algunas buenas reglas a seguir antes de que lleguen las tormentas fuertes, para ayudar a minimizar el riesgo de su ministerio.
Esté al tanto de las alertas meteorológicas locales
¿Se pronostica la llegada de una tormenta la misma noche del servicio de oración de mitad de semana? ¿El programa especial sabático se verá afectado por un clima extremo? Evalúe las alertas y los consejos meteorológicos a medida que los reciba para determinar si es necesario demorar o cancelar esos servicios o programas. Algunas maneras* de determinar si una cancelación es o no necesaria son:- Las autoridades locales declaran un estado de emergencia o de evacuación
- No hay agua corriente, calefacción, luz
- Un corte de electricidad prolongado
Refuerce sus instalaciones
Las tormentas y el clima severo suelen ir acompañados de vientos fuertes y restos que vuelan por el aire. La velocidad promedio del viento durante los huracanes puede variar entre 75 y 157 millas por hora o más. Proteja sus instalaciones reforzando ventanas, puertas y techos.Considere invertir en paneles de acero o aluminio para cubrir las ventanas. Asegure con fuerza los paneles en las ventanas antes de que llegue la tormenta. Puede usar madera contrachapada para tapar las puertas y fijarlas en su sitio. Ready.gov recomienda utilizar un sellador de agua en todas las áreas que tengan sótanos. Otros métodos de prevención consisten en usar bolsas con arena, elevar las herramientas y mover los muebles al segundo piso. Además, asegure los elementos que queden al aire libre y que podrían volarse y causar daño. Pode o quite árboles dañados y ramas, y asegure los canalones y tubos de desagüe que estén sueltos.
Ofrezca refugio y ayuda a las personas afectadas
Si se confirma que sus instalaciones no serán afectadas por la tormenta, piense en ofrecer alojamiento y asistencia a las personas que podrían verse perjudicadas. En primer lugar, evalúe si su edificio tiene o no capacidad para ser usado como refugio. Reúna un grupo de voluntarios y junte los elementos que podrían necesitar las víctimas de la tormenta, por ejemplo agua, alimentos, catres, mantas y lugares para cargar dispositivos si es que su edificio tiene electricidad.Si en cambio decide ofrecer ayuda de emergencia en el lugar, asegúrese de que cada uno de los voluntarios tenga capacitación y orientación adecuadas y los equipos necesarios para ayudar a las víctimas de la tormenta. Asegúrese de que los voluntarios estén registrados en las organizaciones locales de respuesta a desastres antes de que sobrevenga el siniestro.
Aprenda más sobre la preparación para tormentas fuertes en la Guía de preparación y seguridad para tormentas fuertes de Adventist Risk Management, Inc.