Algunos niños nacieron siendo gestores de riesgo. Son niños que prestan atención y cumplen las reglas. Sin embargo, otros niños no son gestores de riesgos innatos. Son niños que quizá se ponen camisetas con la leyenda «¡Si estoy tranquilo, no me busques!». Con estos niños, las travesuras están siempre a la orden del día.
Ambos tipos de niños, los de riesgo alto y los de riesgo bajo, ocupan un lugar especial en el corazón de Dios. Si trabaja en el ministerio del niño, usted es responsable de la seguridad de los niños que están bajo su cuidado. Usted puede ayudar a proteger a los niños y convertir su ministerio en un lugar más seguro si enseña a los niños tres temas de seguridad simples.Tres temas de seguridad simples para proteger a los niños
N.° 1. Conocer las reglas y por qué las cumplimos.
Hable con los niños acerca de las reglas que impone su ministerio y por qué son esenciales. Los niños que entienden las reglas pueden cumplirlas y reconocer el valor que tiene seguir esas reglas. Al comprender el propósito de estas reglas, estarán más motivados para cumplirlas. Las siguientes son algunas reglas generales de seguridad para revisar con los niños:
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Una política libre de intimidación y cómo respetar a su vecino. Explique qué es la intimidación, incluida la intimidación física, emocional y cibernética. Hable con los niños acerca del daño que provoca la intimidación, cómo denunciar casos de acoso, y cómo se manejará la intimidación en su ministerio. Lea más sobre la creación de una zona libre de intimidación.
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Caricia sana y caricia malsana, y cómo denunciar situaciones incómodas. Enseñe a los niños qué tipos de caricias son adecuadas, y cuáles no deberían ocurrir. Enseñe a los niños con quién pueden hablar si alguna vez los tocan de una manera que los hace sentir incómodos. Utilice el recurso gratuito «Caricia buena y caricia mala» para encontrar temas de conversación sobre caricias apropiadas para el personal y los niños.
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Sistema de compañeros: llevar siempre un compañero e informar a un adulto adónde van. Hable con los niños sobre la importancia de permanecer juntos y sobre por qué es peligroso que se alejen solos. Explíqueles por qué su ministerio se asegura de que los niños estén seguros en todo momento; eso significa permanecer con un compañero e informar siempre a un adulto adónde van.
N.° 2. Mire a su alrededor y actúe cuando vea algún peligro.
Hable con los niños acerca de estar atentos a su ambiente y cómo responder a situaciones peligrosas. En una situación de emergencia, la respuesta del niño sin entrenamiento podría ser paralizarse y no responder, o dejarse llevar por el pánico. Cualquiera de estas reacciones podría exponer al niño aún a más peligro y hacer más difícil ponerlos a salvo. Un niño a quien se le ha enseñado a estar atento a los riesgos y a responder de manera apropiada puede ayudar a evitar que se produzcan situaciones peligrosas, y ayudarse a sí mismos y a sus amigos a reaccionar en forma segura.
Hable con los niños sobre conciencia situacional. Enséñeles a estar atentos a las amenazas, y a saber qué deben hacer cuando vean algo que consideren peligroso. Algunos ejemplos podrían ser: un cable de electricidad suelto en la iglesia que ocasiona un riesgo de tropiezo, caminar con bastones de manera que estos podrían golpear a alguien en un viaje de campamento, o alejarse del grupo del campamento sin informar a un adulto.
Una herramienta útil para enseñar a los niños conciencia situacional sobre seguridad es el juego de la aplicación Spy Danger. En las guías para maestros de la escuela sabática en SafetySabbath.com encontrará otros recursos para hablar con los niños sobre cómo responder a situaciones de tirador activo, terremotos e incendios.
N.° 3. Rendir cuentas a uno mismo, unos a otros y a Dios.
Hable con los niños acerca de rendir cuentas a sí mismos, unos a otros y a Dios. Un fuerte sentido de camaradería y responsabilidad entre los niños los ayudará a permanecer juntos, cuidarse unos a otros y hacer cumplir los estándares de seguridad de su ministerio.
Rendir cuentas debería ser una conversación constante con los niños en su ministerio durante todo el año. Esta conversación puede mantenerse con un debate grupal al comienzo del año y recordatorios regulares a lo largo del año acerca de rendir cuentas en cuanto al cumplimiento de las reglas, estar atentos unos a otros, y representar el ministerio del que forman parte, y al Dios que adoran.
Los niños son resistentes, pero en esta tierra, no somos inmortales. Los accidentes (lesiones involuntarias) son la causa principal de muerte entre el año y los 14 años de edad. Hablar con los niños sobre seguridad durante su año de ministerio, enseñarles a conocer las reglas y por qué las respetamos, cómo reconocer y responder al peligro, y rendir cuentas a sí mismos, unos a otros y a Dios ayudará a los niños en su ministerio a ser más conscientes en cuanto a la seguridad, y a prevenir accidentes y muerte.